Índice aquí
SECCIÓN 1: LAS SEIS VIRTUDES DEL CORAZÓN
La Habilidad Artística de la Expresión
El Sendero Agnóstico
Tres Deseos Sutiles
El Deseo por la Satisfacción Inmediata
El Deseo de Control
El Deseo de la Cosa-Siguiente.
Las Seis Virtudes del Corazón
El corazón energético se compone de seis formas primarias de expresión: Agradecimiento, Compasión, Perdón, Humildad, Entendimiento y Valor. Entrelazados juntos, estos seis comportamientos constituyen la esencia del corazón energético y, cuando es expresada en nuestra vida diaria, posibilita al corazón energético su función como un portal a nuestro ser más íntimo o alma. (Ver el diagrama)
Independientemente de la importancia que le otorguemos a nuestro intelecto o capacidad mental, es meramente una forma de inteligencia y, aunque tiene un lugar importante dentro de nuestro mundo, sin duda alguna, no es la inteligencia primordial de nuestro Ser. Nuestra inteligencia primordial es fortalecida a través de nuestra maestría emocional y de nuestra capacidad para conducir nuestra vida desde la plataforma de las seis virtudes del corazón, lo cual a su vez nos une a los reinos iluminados de nuestra intuición, que es nuestra conexión coherente al campo universal de información, denominado por los físicos como el vacío cuántico.
Hay un refrán dentro de Lyricus: “Lo que uno puede expresar a través de su corazón es oro ante el hierro que expresaría con la mente”. El oro, en este caso, es la capacidad de expresar las seis virtudes en fila, separadas, o como una amalgama ensamblada frente a las diversas situaciones que la vida presenta. Se trata de aprender a modificar tus acciones basándote en estas seis virtudes y observando cómo ellas re-calibran tu sistema de valores, re-vitalizan tu energía y creatividad, y recuperan tu sentido de equilibrio y balance emocional.
Haciendo esto no sólo aplicas tus energías emocionales al propósito de crear y mantener un estado personal coherente, sino que también creas un campo coherente a tu alrededor: un campo que toca y se cruza con otros mediante los principios del embrollo, resonancia, coherencia y no-localismo cuánticos.
Las energías de nuestro campo emocional son reales y están interconectadas en un vasto ensamblaje de intención e información que es casi-ilimitado en su alcance. Las emociones más densas como celos, avaricia y cólera entran a este campo cósmico y comunican sus instintos más bajos, creando las condiciones para la lucha e inestabilidad dentro de nuestra realidad manifestada. Las energías más finas que componen las seis virtudes del corazón, comunican los instintos divinos del campo cósmico o cuántico que envuelve el multiverso. De este modo, nos queda una opción para conducir nuestra personalidad y emociones de tal modo que ellas comuniquen las frecuencias divinas que elevan y apoyan toda la vida al campo cuántico en el cual todos vivimos. Si ésta es nuestra elección, entonces la maestría de las seis virtudes del corazón es un método eficiente y eficaz para su obtención.
Se reduce a esto: accedemos a nuestra divinidad a través del corazón y no mediante la cabeza. El intelecto de uno puede abarcar grandes cantidades de información y conocimiento. Podemos estudiar todas las palabras de nuestros profetas y eruditos, pero si no estamos expresando las seis virtudes del corazón, solamente hemos llenado nuestras cabezas de palabras, conceptos y alardes intelectuales. Nuestros comportamientos siguen atados a los instintos básicos y, aunque podemos escribir o hablar de profundos conocimientos, nuestras energías emocionales siguen siendo agitadas e inciertas en su expresión en cada momento, y no son guiadas por la voz inteligente de nuestro corazón.
La Habilidad Artística de la Expresión
Hay una habilidad artística implícita en la expresión de las seis virtudes del corazón pero, antes de que el arte pueda ser expresado, las virtudes deben anclarse en la autenticidad. Las virtudes no pueden ser manufacturadas desde construcciones mentales o simplemente moviendo los labios. Esta cualidad de autenticidad es resultado del sentido de conexión de la mente y el corazón a una estructura más profunda dentro de la que cada una de estas virtudes opera. Para la mayoría de la gente esta conexión toma tiempo en desarrollarse y madurar. Empieza, sin embargo, teniendo un entendimiento de que existe un marco de trabajo y después contemplando y sintiendo qué es, cómo trabaja y por qué es importante aplicarla en la vida de uno.
Este entendimiento sirve como base para el arte, el cual se asocia con cómo y cuándo uno maneja las seis virtudes, o un subconjunto de ellas, para las diversas situaciones de la vida. Puedes considerar las seis virtudes (agradecimiento, compasión, perdón, humildad, entendimiento y valor) como notas musicales. Si tocas estas notas simultáneamente hay un acorde y este acorde es amor divino —la máxima vibración contenida dentro del campo cuántico que un ser humano puede recibir y transmitir.
Cada una de las seis virtudes puede ser activada con increíble velocidad y virtuosismo cuando la persona que expresa la virtud opera desde una plataforma de alta coherencia y un sentido de neutralidad. En este estado, uno puede navegar su vida buscando la sabiduría en cada nuevo desafío, la chispa creativa en lo mundano, el sentimiento intuitivo alrededor de cada esquina y los ritmos más profundos en la aparente calamidad de la vida diaria.
La forma en que uno puede lograr y conservar este estado de coherencia descansa en gran parte en su arte, y, en cierto grado, en la vigilancia de la aplicación de las seis virtudes del corazón. Existe un proceso de espiral ascendente en esta práctica. Primero, uno debe estar ubicado en el marco de trabajo, y esto puede ser hecho estudiando el El Arte del Genuino: Un imperativo Espiritual, y después contemplando su significado. En segundo lugar, uno puede experimentar con las seis virtudes y aprender cómo profundizar su entendimiento —no en un nivel intelectual, sino más bien en un nivel práctico de aplicación. En otras palabras, ¿cómo aplica uno las virtudes de la humildad, entendimiento y perdón a la persona que justo acaba de quitarte el lugar del aparcamiento en la tienda?
Es en este nivel —el nivel práctico donde todos vivimos— en el que debemos practicar el arte de las seis virtudes para que no perdamos nuestra capacidad de auto-fortalecernos. Es en este auto-fortalecimiento donde nos elevamos como seres espirituales a los desafíos del mundo físico. Esta forma de fortalecimiento es diferente a decir la verdad para impulsar o imbuir tu autoestima con el elixir de la invencibilidad. Es el fortalecimiento de solucionar el problema de la agitación emocionalmente arraigada de la vida diaria con la incandescencia de la inteligencia del corazón, y de saber cómo y cuándo hacer uso de esta inteligencia.
En el ascenso continuo para dominar estas virtudes y expresarlas en nuestras vidas, refinamos nuestro entendimiento. No se trata de las repentinas revelaciones mencionadas en los textos de antiguos días ni de la conciencia alucinógena del mundo moderno, sino más bien del sólido entendimiento de que somos parte de un campo vibratorio que energéticamente nos incluye, registra nuestros senderos, genera nuestra realidad holográfica y nos reinventa de nuevo en la línea de tiempo que corre hacia y desde la eternidad.
El Sendero Agnóstico
Para aquéllos que establecen como su sendero la auto-maestría emocional, necesitarán seguir la pista a, curar, y transformar su comportamiento mientras avanzan en este viaje, porque no se trata de satisfacción inmediata. Este viaje está verdaderamente enfocado en conectarse con la guía más elevada de uno (receptividad y escuchar) y expresar esta sabiduría en el campo en el cual vives, te mueves y tienes tu ser (transmisión y expresión). Permite que sea claro sobre el marco de trabajo de seguir la pista, curar y transformar:
• Seguir la pista significa que el individuo puede auto-reportar su progreso de las seis virtudes del corazón a través del tiempo y puede encontrar sus subidas y bajadas, y ver el crecimiento de su auto-maestría en el contexto del tiempo.
• Curar significa que, mientras sigue la pista de su progreso, el individuo puede ver cuando al golpear una dificultad o problema molesto eso lo saca de curso, y a continuación trata ese asunto de igual manera que un médico cura una herida o una enfermedad. La curación en este caso no es una recompensa, sino más bien una solución o un remedio a un problema o traspié emocional.
• Transformar es el resultado de seguir la pista y curar a lo largo de este viaje, y ver cómo te transformas en una persona auto-fortalecida y espiritualmente vibrante.
Abundan en el mundo los libros y los programas de auto-ayuda sobre lo que uno debe creer, hacer, pensar y sentir. Son traducidos desde las mentes y corazones de algunos de nuestros más grandes y espiritualizados pensadores. No necesitamos más información sobre cómo comportarse o creer. Simplemente necesitamos más disciplina en nuestra vida emocional, y las herramientas y técnicas para lograr esto. Es decir, necesitamos un marco de trabajo práctico.
El corazón energético —el homólogo cuántico del corazón físico— es el portal de la conciencia del alma en intersección con la Fuerza Diseñadora. Éste habita en el chakra del corazón y es la sabiduría del alma o espíritu superior dentro del individuo. Las seis virtudes emanan desde esta fortaleza del cuerpo energético, y es este centro de energía lo que debemos nutrir y activar conscientemente dentro de nosotros.
Este sendero no es propiedad de nadie ni de ninguna organización, y los que lo transitan son esencialmente de fe agnóstica, es decir, ellos no consideran esta práctica como afiliada a alguna religión particular, sistema de búsqueda espiritual, tarea científica, sistema de creencia de la Nueva Era o maestro espiritual. Es un marco de trabajo tan viejo como el alma, y su principio primordial es la práctica continua de las seis virtudes del corazón en la vida diaria de uno. Al hacer esto, la realidad que te rodea ensamblará su propio sendero hacia un entendimiento mayor, específicamente adecuado para ti.
La paciencia paga. No busques atajos en las cuestiones del corazón o alma porque el tiempo-espacio no es la fuerza que opera o controla las virtudes del corazón. Son el alma y el espíritu superior envueltos dentro de la Fuerza Diseñadora los que permiten la expresión plena y fortalecimiento de estas virtudes dentro de cualquier dominio —sutil, burdo, o de algún otro. No hay densidad en la cual las virtudes del corazón se extingan o sean marginadas si el individuo las ejercita regularmente, observa sus energías, contempla sus resultados y consolida su expresión. Incluso en las densidades más oscuras, el corazón palpita fiel y exacto a su conectividad con la naturaleza divina en todos nosotros. Es la fuerza vinculante que nos une como espíritus humanos.
Orquestar las virtudes del corazón nos conduce a un punto donde finalmente observamos nuestro campo energético o firma del alma. Una vez que esto ocurre, podemos descubrir las obstrucciones en nuestro cuerpo energético que criban nuestra comprensión más profunda. Los obstáculos o densidades que residen dentro de nuestro campo de energía disminuyen nuestra habilidad para expresar la plenitud de nuestro corazón energético. Esto crea las sutiles o, en algunos casos, no tan sutiles irritaciones que alinean imperfectamente nuestro cuerpo físico, emociones y mente.
Con el paso del tiempo, al expresar las virtudes del corazón se disolverán estas obstrucciones y encontrarás más fácil anclar y sostener a tu ser superior dentro de los mundos inferiores de la materia y el tiempo-espacio. Como resultado, se manifestarán más fácilmente las armonías y ritmos más profundos de la vida, apoyando el trabajo que todos venimos a realizar en este tiempo.
Tres Deseos Sutiles
Ahora llegamos a los tres deseos sutiles que respaldan casi cualquier cosa que nos esforzamos por lograr: satisfacción inmediata, control, la cosa siguiente. Estos tres deseos sutiles influyen nuestras expectativas en el área del desarrollo y crecimiento espiritual, y es por esta razón que apunto el faro hacia ellos.
El Deseo por la Satisfacción Inmediata
Hay una frase de William Gibson: “El futuro ha sucedido ya; es sólo que no está muy bien distribuido”. Este sentimiento parece apropiado en un mundo donde los atajos son elogiados por los expertos de cada especialidad. Aceleración es la palabra de moda de la época y el objetivo de esta aceleración es hacer todo más rápidamente, en menos tiempo; ser más productivo, ser un empleado mejor, ser un estudiante mejor, ser un mejor todo, y hacerlo o adquirirlo más rápido y más fácilmente.
El Deseo de Control
El segundo deseo sutil que a menudo nos saca de curso es nuestro insaciable deseo de control. El deseo por controlar la vida de uno es colocado en nuestro interior a una edad temprana, y es cultivado por nuestro proceso de socialización. Nos enseñan a controlar nuestras emociones, especialmente a los chicos. Y una vez que transitamos a la edad adulta, nos enseñan que controlar nuestro ambiente es equivalente a tener éxito como contribuidor social en la maquinaria de hacer dinero, que llamamos economía de libre mercado.
Mucha gente ve que ese control es la máxima herramienta para el éxito en cualquiera de las dimensiones de la vida —incluyendo el reino espiritual de la iluminación. Sin embargo, el control a la larga no es satisfactorio porque siempre está atado a batallar con oponentes, que también quieren controlar.
Es una competencia sin fin. Es una consecuencia de la construcción tridimensional de que hay ganadores y perdedores, y que es mejor ser un ganador.
Bien, sí, en el mundo del dólar es difícil debatir esa lógica. Sin embargo, la ambición por el control es un amo incansable que requiere que trabajes duro, que te mantengas centrado en tus deberes de orden social y que te asegures de que el mundo en el cual te desenvuelves no gire fuera de control. El control llegará a ser cada vez más efímero durante los próximos siete años, porque el cambio dimensional que está en curso hará que las instituciones rígidas de nuestro orden social cambien y, a veces, se desmoronen. Esto significa que los que buscan y micro-manejan sus vidas encontrarán más difícil mantener su equilibrio emocional. Cuando su equilibrio emocional cambie hacia y desde el desorden, sentirán el pulso del mundo acelerarse y la tensión se verterá sobre ellos, como si estuvieran directamente debajo de su cascada.
El antídoto al control deliberado es demostrarte a ti mismo que sabes cómo cambiar a la auto-seguridad cuando te sientes inseguro, que sabes cómo cambiar a la expresión de las virtudes del corazón cuando te topas contra un desafío de la vida y que sabes cómo moverte hacia la rendición ante tu ser superior cuando sientes que tu ego aparece en grande.
Es más fácil decir que hacer —es cierto, pero por otro lado la auto-maestría emocional es una meta, no un destino. Recuerda esto. Nadie está menospreciándote desde una cierta impenetrable altura y está juzgando tu expresión imperfecta de las seis virtudes del corazón. Cuando te auto-juzgas, existe con frecuencia una sensación de que el juicio es apropiado. Éste es de hecho una respuesta del control. "Si sólo pudieras controlar mejor tus emociones. Si sólo pudieras cambiar más rápido a las seis virtudes del corazón. Si sólo pudieras perdonar más fácilmente y no tuvieras un resentimiento contra un amigo o miembro de la familia..."
Puedes permanecer firmemente en la idea de que cuando emprendas este viaje habrá ocasiones en las que darás traspiés, te quedarás corto y cometerás “errores”. Incluso puede haber ocasiones que sentirás que la alfombra ha sido arrancada bajo tus pies y que estás desamparado, sin soluciones y envuelto en el auto-aborrecimiento. En esas ocasiones es cuando necesitarás aplicar la sabiduría de tu viaje dentro de la auto-maestría emocional y, aunque puede ser imperfecta o sin comprobar, te servirá mejor que cualquier otro consejo alternativo porque, justo como los antiguos observaron –el corazón es el asiento del alma.
Invoca a esta sabiduría, no a la abstracción de Dios ni a los “poderes superiores”. Invoca tu propia sabiduría de las seis virtudes del corazón y aprende a adentrarte en su expresión cuando los desafíos de la vida toquen a tu puerta.Al hacer esto, tú enseñarás a otros que te rodean mediante esta expresión e intención. Al hacer esto, tú cambiarás el campo electromagnético que te rodea, y el índice de luz de tu campo energético. Además, atraerá condiciones similares, así como te proveerá de salud emocional, y de claridad mental y bienestar físico mejorados.
El Deseo de la Cosa-Siguiente
El tercer deseo sutil es la necesidad de la cosa-siguiente. La cosa-siguiente normalmente se considera que tiene más fuerza que la cosa-presente. Los individuos desean a menudo avanzar hacia la idea siguiente, a la trayectoria espiritual siguiente, o modalidad curativa siguiente antes de que hayan alcanzado una comprensión básica de su estado interno. Ellos están experimentando en los niveles superficiales, sin respeto a los valores y los significados más profundos que existen dentro de sí mismos.
Toma por ejemplo la cuestión que tratamos: la auto-maestría emocional. Pocas personas discutirían que esa es una habilidad importante de poseer, independiente de cómo sea ésta definida en términos de sus componentes psicológicos o espirituales. Sin embargo, no es cosa fácil dominar las emociones de uno, o incluso adquirir un entendimiento razonable de su naturaleza sutil. Las emociones son muy multidimensionales y funcionan desde los niveles energéticos sutiles hasta los niveles de las relaciones prácticas, el rendimiento del trabajo y el bienestar personal. Debido a esto, las emociones son una tela compleja de intercambio de energía con quienes nos cruzamos en nuestros senderos, ya sea en persona o virtualmente a través del correo, teléfono, mensajes de texto, charla o e-mail, y esto requiere perseverancia y atención en nuestra práctica. No es suficiente interesarse superficial y periódicamente en ellas.
La necesidad por la cosa-siguiente es un deseo de pulsar el “botón de renovar” el sistema de creencias de uno. Algunas ocasiones este es un buen instinto para refrescar tus opiniones y creencias, pero algunas veces eso dispersa tu atención hacia lo superficial del propósito de vida, porque siempre te estás moviendo a la cosa-siguiente —la nueva modalidad, la nueva enseñanza, la nueva manera de vivir. El estado interno de tu vida emocional, los valores centrados en el corazón y la sabiduría intuitiva de tu corazón energético son una fuente infinita de inteligencia. Cuando avanzas a la cosasiguiente, si la cosa-siguiente no incluye vivir desde el corazón como su principio fundamental, pudieras no desarrollar tu acceso a esta fuente infinita de inteligencia que te espera dentro de ti —no en los libros, ni en el Internet, ni en un ashram, ni en una escuela, ni en un seminario ni con algún maestro instructor— sino en tu interior.
Aunque la cosa-siguiente puede ser comercializada como la verdad más poderosa que jamás ha sido dirigida a la humanidad, muy probablemente palidecerá en comparación a la sabiduría de tu propio corazón —si sabes activarla, ganar acceso a ella y expresarla. Hay miles de sistemas que prometen la iluminación espiritual, y muchos de ellos tienen valor, pero la necesidad por la cosa-siguiente tiene a menudo el involuntario efecto secundario de alejarte del mero instructor con el que más necesitas integrarte:
la inteligencia de tu corazón y la fuerza emocional y energética que contiene.
El aumento y la aceleración de la complejidad en la vida también han aumentado la complejidad de la vida espiritual de uno. Hay muchas prácticas llamadas espirituales que requieren que tú respires de formas y cadencias específicas. Otras requieren que comas una cierta combinación de alimentos y bebidas. Otras prescriben meditaciones y posturas muy detalladas. E incluso otras definen ciertos colores y frecuencias de sonido que activan tu alma.
Vivir desde el corazón no está centrado en una precisión de la técnica o en prácticas complejas del cuerpo, mente o control emocional. Es la simple práctica a cada momento de las virtudes del corazón en tus asuntos diarios. Con el tiempo, esta práctica culmina en un virtuosismo de precisión y control, pero este es el resultado natural de prácticas simples, no de programas rígidos de entrenamiento al comienzo, y esta es una importante distinción.
Cada uno de los tres deseos sutiles es un componente de una disfunción social general, construido sobre un caduco sistema de creer en la ambición del ego sobre la sabiduría de la expresión del corazón. El cambio de conciencia, profetizado durante mucho tiempo, realmente trata de esto. La sabiduría del corazón prevalecerá y se convertirá en el abanderado de la humanidad, anunciando el comienzo de un nuevo orden de coherencia y alineación con las frecuencias más altas de nuestra naturaleza y fuente divinas.