A niveles sutiles, esta virtud está focalizada sobre una conciencia específica, que la Primera Fuente rodea a nuestros semejantes como un campo de conciencia y que este campo de conciencia nos unifica. Si estamos unificados, operamos como una conciencia colectiva a un nivel más profundo y en este lugar, compartimos un propósito común que es ricamente texturizado, supremamente vital y aún, misterioso, dinámico e incierto. Esta conciencia, o incluso creencia, cambia nuestro foco de los pequeños detalles de nuestra vida personal hacia una visión de nuestro propósito como especie.
En un nivel más práctico, el agradecimiento se expresa a sí mismo en los pequeños gestos de gratitud que soportan la lealtad y unión de las relaciones. Los niveles más profundos de agradecimiento hace a las expresiones de nivel relativamente superficiales, genuinas porque descienden de frecuencias del alma en vez de motivos del ego o la mente.